Por Zianya Alcaraz
Quiero mostrarles un artículo que me llamó mucho la atención y creo que es un dato que podría interesarle a muchos, ya que nos es muy conocido: la microgravedad.
La gravedad es una fuerza de atracción que siempre está presente entre dos objetos que tengan masa. Eso sí, es una fuerza tan débil que hace falta la presencia de objetos masivos (como las galaxias, estrellas, planetas y satélites) para poder darnos cuenta de que está ahí.
A mayor distancia, menor es la fuerza de la gravedad.
Así que, si no podemos escapar de la gravedad en ningún lugar del Universo, lo único que podemos hacer es crear entornos donde podamos reducir su efecto casi a cero. A ese tipo de lugares los llamamos entornos de microgravedad, donde los objetos parecen no tener peso. Como tenemos masa, la atracción gravitacional de la Tierra nos acelera hacia su centro, y por suerte el suelo está en medio para detenernos.
Sin su presencia, estaríamos en caída libre hacia el núcleo del planeta. Esa es una forma de experimentar microgravedad, la caída libre. Como no hay ninguna fuerza que nos frene o nos empuje en dirección contraria, nos sentiríamos como si no tuviésemos peso.
El problema de la caída libre, dentro de nuestro planeta, es que es más difícil de experimentar de lo que parece. No basta con hacer paracaidismo y saltar desde las alturas, por ejemplo, porque la fricción del aire actúa como una fuerza y es capaz de frenar la velocidad de los objetos.
Como la mayor parte de lo que sucede en la Tierra se ve influenciado por la gravedad de una manera u otra, investigar qué sucede en condiciones de microgravedad nos permite entender cómo funciona el mundo que nos rodea. Así que, cuando oigas hablar de microgravedad, recuerda que no se está hablando de la ausencia de la gravedad, si no de un entorno en el que su efecto es casi cero, y que la investigación en ese tipo de lugares no sólo nos sirve para poder avanzar en los campos relacionados con la astronomía, sino que también contribuyen a mejorar diversos aspectos de las vidas de los que estamos aquí, en la superficie de la Tierra.
(Riveiro, 2016)
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