Originario de Zihuatanejo, cuenta con veinticuatro años, cursa los estudios de Arquitectura en el Instituto Tecnológico de la Costa Grande. Desde muy chico dibuja y desde hace dos años pinta de manera formal. Se inclina más por el estilo expresionista abstracto, sus cuadros lo dicen, pero también aborda otras técnicas.
Se mueve con amigos artistas como el joven Usiel Vázquez -grafitero- y con Daniel Fermín -escultor en arena-, siendo sobrino del conocido pintor Landa
En Zihuatanejo no hay muchos lugares para exhibir la obra, todos se rascan con sus propias uñas. La cuestión artística está muy abandonada en ese sentido. El artista depende mucho de la temporada, desgraciadamente para los jóvenes no hay mucho apoyo, hay muchas trabas, no quiero echarle la culpa al gobierno; ahora sí que, en teoría, el que vaya a salir adelante, va a salir adelante por él mismo, por las ganas que le echen. En primer lugar, la gente no entiende mucho de cultura, si ven algo nuevo, algo innovador, algún experimento, lo juzgan. Y pasa mucho con los mismos pintores, con los mayores, los que tienen experiencia son los que suelen juzgar tu obra, porque se academizan, se vuelven cuadrados y por eso muchos chavos han claudicado en la cuestión de la pintura.
Aquí en Zihuatanejo los pintores más grandes, más experimentados suelen juzgarte mucho, porque tal vez no vas por la misma línea, por el mismo sentido que siempre se ha seguido de lo típico, lo costeño, lo nativo, lo que se ve aquí, los cocos, el pescador en la lancha. Lo que creo que me hace diferente es hacer lo que ellos no hacen, veo detalles que tal vez pasan desapercibidos.
A veces ven mi obra como cosas espectrales, tanto color, tanta pintura, no ven definición, no ven el color de la piel como debería ser. En teoría, me gusta lo que es el realismo pero a mí se me hace muy aburrido, es un estilo de pintura que me fastidia, porque pienso que nunca vas a poder copiar realmente lo que es la naturaleza, por más que lo intentes siempre va a haber un detalle que se te va a escapar. Yo le doy más plusvalía a copiar lo que tengo en la mente, lo que se mueve en mi mente tiene más valor que lo que puedo ver. El realismo lo tomo como práctica, como un ensayo de diez cuadros que tengo de mi inspiración, uno es realista.
Disfruto escuchar canciones que me gustan cuando pinto y sale esa creatividad; escucho rock, phsyco, suelo pintar en las noches, son momentos de iluminación. No me gusta tardarme los años haciendo un cuadro, si tengo ese sentimiento en el momento, me gusta plasmarlo en el momento. La mayoría que compra mis cuadros es gente de Canadá, gente de Estados Unidos, les gustan esas expresiones de mi obra, esos rostros fuera de lo común, con colorido y con sentimiento. Más que nada, esos han sido los comentarios. Mi teléfono para contactarme es el 755 120 91 91.”- señala Marco Polo.
“Honestamente todo esto nació como un hobby; cuando pinto un cuadro no pienso en si se va a vender, hago lo que quiero hacer pero para mí, que me guste a mí. Quiero llenar mi alma con lo que me gusta hacer, yo voy a seguir pintando si esto puede crecer, estoy abierto a todas las posibilidades en la pintura. Me considero filántropo, me gustan todas las artes, la filosofía, la ciencia y si me gustaría dejar alguna huella en el arte. Con lo que sé me gustaría echarles la mano a los jóvenes artistas. Hasta el momento no me siento totalmente encontrado como tal, pero de eso se trata, que obra tras obra vaya afinando esas herramientas, esa técnica. Mi pintura es lo que tú quieres que sea, está abierta a que tú imagines lo que tú quieres que sea. Animo a los chavos a que se dejen de ataduras y complejos en el arte, que experimenten y si se tropiezan, adelante. Pienso que El Arte debe ser parte del paisaje, deberían dejarnos ser cuando exponemos sin obstaculizar. Esto le daría un plus a Ixtapa-Zihuatanejo.”– concluye el joven artista.
Por Julio Wong
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