Por principio de cuentas, y sin preámbulos, siempre ha sido y debe ser: Zihuatanejo, ¡y su gentilicio correspondiente (aquí y en China) es zihuatanejenses! De esto, no me cabe ni pizca de duda, lo dice la historia, el sentido común, la costumbre y su precioso significado náhuatl: “Lugar de mujeres”, que todos los días, deberíamos promover, y proclamar.
Cuenta la historia mexicana que desde hace aproximadamente 900 años por ley natural nos hemos llamado Cihuatlán que derivó en Zihuatanejo –no hay vuelta de hoja—y desde hace 61 años, en 1954, a los innombrables políticos les dio por llamarnos Azueta.
Hay muchas personas que cometen el disparate (así de plano: el disparate) de cambiar la denominación de nuestro origen; de cambiar Zihuatanejo por Azueta, o lo que es lo mismo: Nos dicen azuetenses, que es incorrecto, el gentilicio correcto es: zihuatanejenses.
Una primera referencia contundente que da sustento al origen de nuestro nombre es lo que dice un fragmento de la cuarta carta de relación que Hernán Cortes envía al rey Carlos V, desde Tenuxtitlán (Tenochtitlán) el 15 de octubre de 1524. Un fragmento de la susodicha carta, que hace referencia a Zihuatanejo, y a la Isla de Ixtapa, que dice: “Y ENTRE LA RELACIÓN QUE DE AQUELLAS PROVIENCIAS HIZO, TRUJO NUEVA DE UN MUY BUEN PUERTO QUE SE AFIRMAN QUE EN AQUELLA COSTA SE HABÍA HALLADO, DE QUE HOLGUE MUCHO, POR QUE HAY POCOS. Y ANSEMESMO, ME TRAJO RELACIÓN DE LOS SEÑORES DE HYUATAN, (ZIHUATANEJO) QUE SE AFIRMAN MUCHO HABER UNA ISLA (ISLA DE IXTAPAN) TODA POBLADA DE MUJERES SIN VARON NINGUNO, Y QUE EN CIERTOS TIEMPOS VAN DE LA TIERRA FIRME HOMBRES CON LOS CUALES ELLAS TIENEN ACESO, Y LAS QUE QUEDAN PREÑADAS, SI PAREN MUJERES LAS GUARDAN Y SI HOMBRES, LOS ECHAN DE SU COMPAÑÍA; Y QUE ESTA ISLA ESTÁ DIEZ JORNADAS DESTA PROVIENCIA Y QUE MUCHOS DELLOS, HAN IDO ALLA Y LA HAN VISTO. DISENME ANSEMESMO QUE ES MUY RICA EN PERLAS Y ORO. YO TRABAJARÉ, EN TENIENDO APAREJO, DE SABER LA VERDAD Y HACER DELLO LARGA RELACION A VUESTRA MAJESTAD.”
Otra referencia igualmente contundente, que da fe y certeza clara de nuestro nombre e identidad, de Zihuatanejo y zihuatanejenses, es la ocasión en la cual el pirata y corsario inglés George Anson, y su nave El Centurión, buscando cazar a la Nao de Manila, arriban a la Bahía de Zihuatanejo, en febrero de 1742. Por parecerle interesante, George Anson, que no solamente practicaba actividades de pirata, realiza un levantamiento general hidrográfico de la bahía de Zihuatanejo. Producto de aquella información recabada por el corsario inglés, en el museo arqueológico local, existe un plano de la bahía de Zihuatanejo que como titulo lleva: “plano del puerto de Chequetán or Seguataneo. Lat. N 17-36. Año de 1743”… Es decir, los Cuitlatecas ya le llamaban Zihuatanejo.
También –algún tiempo después– el compositor Guerrerense José Agustín Ramírez, en algunas de sus canciones usa con propiedad el gentilicio correspondiente, y habla de Chilpancingueña bonita, Igualteca soñadora, y Acapulqueña linda.
Sin embargo, todos le “entran” al desorden; esa monserga que es el Fibazi, en un libraco que publicó hace unos años, en la página 94, dice que el Aeropuerto ahora por sus pantalones, se llama José Azueta, no obstante que en el interior del edificio existe una placa que descubrió el presidente Luis Echeverría en 1974, y muy claramente dice: Aeropuerto Internacional de Zihuatanejo.
Creo que de seguir la tendencia por demás aberrante de algunos de usar el término Azueta para referirse a Zihuatanejo, puede llegar el momento de que en lugar de ser Ixtapa-Zihuatanejo, pasemos ahora a llamarnos Ixtapa-Azueta.
Cabe recordar, que en 1954, se creó un nuevo municipio con terrenos que se desprendieron del municipio de La Unión; el gobernador Gómez Maganda propuso que se llamara José Azueta, (así, sin el teniente) y su cabecera fuera el puerto de Zihuatanejo, que antes era una comisaria que pertenecía a aquel municipio. Tiempo después en el gobierno municipal de Silvano Blanco, se propuso al congreso local para que se cambiara el nombre impuesto de José Azueta, por el nuevo nombre: Zihuatanejo de Azueta, que de esta manera, se hace justicia, y se rescata el nombre original de nuestra comunidad que siempre ha sido Zihuatanejo.
Sin embargo, el error persiste, hoy, transcurrido algún tiempo, los bancos locales y en algunas credenciales del INE, siguen considerándonos como habitantes de un lugar llamado José Azueta que viéndolo bien legalmente ya no existe.
¡Así las cosas! (auh in ye yuhqui)
Por Sige Amaro Juárez
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