14 de septiembre: día de la presentación del Primer Informe de Gobierno del Presidente Municipal, Erick Fernández Ballesteros, y fecha también inolvidable por las lluvias torrenciales de la tormenta “Manuel”, causante de pérdidas humanas y terribles daños materiales en todo Guerrero, de la que afortunadamente Ixtapa Zihuatanejo salió con algunas afectaciones graves, pero nunca de la magnitud de las sufridas en otros lugares.
Los problemas que derivaron de la hecatombe natural marcaron el inicio de actividades del segundo año de la administración municipal.
Podríamos decir que las palabras y compromisos del Presidente Municipal en su Informe, pronto quedaron en el olvido por la violencia de la lluvia y el viento. Las prioridades fueron otras: apoyar la salida de los turistas varados en el destino; emprender acciones de emergencia para suministrar agua potable a la población; hacer el recuento de los daños a las viviendas, escuelas y edificios públicos; proteger y llevar apoyos a los damnificados; impulsar la reparación de los caminos, para evitar el desabasto de alimentos.
Los momentos críticos han quedado atrás. La reconstrucción de viviendas, escuelas y caminos llevará su tiempo y exigirá sin duda ajustes al presupuesto del 2014. Como destino turístico, el reto es llevar información oportuna y veraz a los potenciales viajeros, nacionales y extranjeros, para que reconozcan que Ixtapa Zihuatanejo salió airosa de esta calamidad natural y vengan sin temor a disfrutar la belleza de las playas y la calidez de sus aguas. El empleo y bienestar de numerosas familias locales está de por medio.
Es también buen momento para recordar los compromisos y programas de acción delineados por el Presidente Municipal para el ya cercano 2014. Las palabras de Erick Fernández dejaron muy en claro que el primer año de su administración estuvo marcado por la estrechez financiera -la necesidad de hacer frente al pago de la deuda pública- y la grave crisis por la que atraviesa el sistema de suministro de agua potable.
De 25 pozos que surtían de agua al destino, 14 están contaminados por hidrocarburos e infiltraciones salinas, por lo que han sido clausurados.
Agréguese a ello, lo obsoleto de la red de suministro, que urge cambiar en su mayor parte, y, para colmo, la morosidad en el pago: 40% de los consumidores no pagan el agua que reciben desde hace más de dos años.
¿Qué hacer al respecto? Al parecer, CAPAZ arrastra adeudos considerables, que el gobierno está pagando para volver a ser beneficiario de recursos federales destinados a mejorar radicalmente a esta quebrantada empresa municipal. Además, se está en espera del respaldo de CONAGUA para hacer frente a la primera etapa de producción y suministro del servicio.
El problema es de tal magnitud que habrá que explorar otras tecnologías ya utilizadas con éxito en otros lugares, como podría ser la utilización de plantas desalinizadoras, instaladas por los particulares para atender sus necesidades. Para ello el gobierno federal tendría que reducir los elevados impuestos que cobra por el aprovechamiento del agua del mar. Si la mayor parte de la planta hotelera y los desarrollos turísticos tuvieran sus propias plantas, se liberaría una enorme cantidad de agua para destinarla al consumo de la población.
Los proyectos de infraestructura de gran alcance para los que el Municipio ha solicitado recursos federales son los siguientes: la reconstrucción del muelle principal, el muelle para cruceros, un centro de convenciones, el museo acuario, el proyecto de la carretera escénica Playa La Ropa- Boulevard Aeropuerto, y la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas residuales en Las Salinas.
En otro aspecto, el discurso del Presidente Municipal se enfocó a la relación entre la falta de oportunidades educativas, la violencia y la inseguridad. La pérdida de valores cívicos tiene que atenderse a través de programas educativos y culturales. No podemos olvidar, insistió, en que la educación es el factor más importante para impulsar la movilidad social y el mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad. Para atender los problemas de pobreza y violencia necesitamos, además de un sistema mejor estructurado de educación formal, programas culturales y de fomento a los valores cívicos. Ofreció presentar a la brevedad este programa de educación y cultura. Lo esperamos y estaremos muy atentos para escucharlo y sumar nuestra contribución al urgente mejoramiento de la atmósfera cultural del Municipio, hoy aplastada bajo los acordes y la cursilería de la música grupera.
Por Héctor Manuel Ezeta
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