Hemos dejado de lado las excusas, seguimos concienzudamente una rutina de entrenamiento y vemos los primeros resultados. De pronto, estos resultados se detienen y no tenemos avances. Peor aún, pese a nuestro gran esfuerzo empezamos a tener retrocesos y vamos aumentando de talla y peso ¿por qué?
Puede haber muchísimas razones, pero la razón principal que nos ha estancado (a mi y personas a las que entreno) en diversas ocasiones tiene que ver con la alimentación.
Verás, cuando realizas rutinas extenuantes de levantamiento de peso y acondicionamiento quemas una cantidad considerable de calorías. Mejor aún, en el proceso de reparación de los tejidos musculares, tu cuerpo quema otra cantidad considerable de energía. Interesante. No obstante, saber esto te puede llevar a la trampa de creer que puedes impunemente comer todo lo que se te ponga enfrente, al fin y al cabo todo lo quemarás en el gym ¿Cierto?.
¡ERROR! Gran error. Si fueras un atleta de elite necesitarías consumir muchas calorías por día, pero, deberías entrenar muchas horas diarias divididas en varias sesiones y tipos de entrenamiento. Para ellos, entrenar y competir es su vida y su manera de ganársela, lo que de seguro no es tu caso. Veamos, ¿cuántas horas entrenas al día? No hablo de cuánto tiempo pasas en el gimnasio, sino de cuánto tiempo entrenas realmente (platicar, caminar de un lado a otro, flirtear y deambular con actitud cenutria no cuentan) ¿Qué tan demandantes son tus entrenamientos?
Vayamos más allá. Supongamos que como mi amigo Marco tienes una condición de buena a muy buena y pesas entre 70 y 75 kg. Una infernal sesión de intervalos te haría quemar de 300 – 350 calorías en 25 minutos si es que aguantaras hasta el final. Sería un trabajo excelente, fenomenal, que muy pocos serían capaces de hacer. ¿Puedes entonces en ése momento entrarle con fruición a la comida y bebida que se te ponga enfrente?
Desafortunadamente NO. Supongamos que como yo eres adicto a la pizza. Dos rebanadas grandes más un refresco o una cerveza te harían consumir casi 1,000 calorías lo que excedería por más del doble las calorías que quemaste durante todo el arduo entrenamiento.
¡Ojo! No estoy diciendo que debas despedirte para siempre de la pizza y la cerveza o el vino. Puedes consumirlos ocasionalmente, máxime si haces un huequito en tu “presupuesto” de calorías consumidas. El punto es que no puedes alimentarte de acuerdo a tus necesidades y justificar el exceso o tu ingesta adicional de calorías con tu rutina de ejercicios por dura o intensa que ésta sea.
Si deseas ver los resultados de todo tu esfuerzo recuerda: No puedes con ejercicio eliminar los estragos de una pésima dieta.
Rutina Quema Grasa fase II:
Si recuerdas debías en un minuto hacer 5 sentadillas, 10 desplantes (5 por pierna) 10 escaladores de montaña (5 por lado) y descansar. Al iniciar el nuevo minuto repites el proceso y continúas por 20 minutos.
Una vez domines esta rutina puedes hacerla más sofisticada (retadora) haciendo las sentadillas con salto en lugar de normales. Si todavía la sientes muy fácil, haz los desplantes con salto también (de la posición baja del desplante saltas y cambias en el aire para caer en el desplante con la otra pierna al frente).
Por Daniel Monroy
Si deseas comentar o preguntar algo mi correo es monroy_salinas@hotmail.com Te comento que para administrar mi tiempo y energía solo leo este correo los sábados después de medio día. Digo, por si no te llega la respuesta de manera inmediata.
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