Existen lugares que despiertan nuestros sentidos. Lugares en los que uno quisiera que el tiempo se detenga al menos por un instante… y que los
aromas, los sonidos y las imágenes, queden impregnados en nuestro cuerpo.
Eso es lo que sucede cuando uno visita El Capricho, el spa del hotel Capella Ixtapa, que fue construido íntegramente sobre
un acantilado a orillas del Océano Pacífico.
Un exquisito aroma a Toronjil, la flor cítrica del estado de Guerrero, sirve de guía para llegar a la recepción del spa. Una palapa al aire libre con una impactante vista al mar y el amable personal nos dan la bienvenida a este rincón del mundo convertido en un verdadero templo dedicado a los sentidos y del que no querremos irnos jamás.
La suavidad de una bata y la comodidad de unas sandalias que nos proporcionan al llegar son sólo la antesala de lo que está por venir. Un miembro del staff de El Capricho, con extrema delicadeza y siempre dispuesto a consentirnos, nos acompañará a la cabina destinada a recibir el tratamiento.
Onix, comal, madera y barro negro del Estado de Guerrero son los materiales elegidos para vestir a este spa. Ya desde el primer recorrido comprendemos que su decoración y arquitectura –como en el resto del hotel-, están al servicio de la cultura mexicana: la enaltecen y la hornan con absoluto respeto.
Hay cabinas dobles y simples, al aire libre y cerradas. Lo cierto es que en cada una de ellas, el mar aparece una y otra vez, exuberante, como una música de fondo interminable y que nos obliga a olvidarnos de que allá afuera existe algo más que la infinidad del Océano Pacífico.
Todos los tratamientos de El Capricho fueron creados para generar una sensación de equilibrio total entre mente y cuerpo, para que encontremos allí un momento de relajación en conexión absoluta con la cultura propia del lugar.
Volver A Las Fuentes Es Volver A La Esencia Del Ser Humano
El agua es el elemento central en estos lugares de relajación. Claro que hoy en día los Spas no sólo poseen jacuzzi y aguas termales, sino también -como en el caso de El Capricho- el menú es amplio y rico en opciones con masajes terapéuticos y relajantes; envolventes de cacao y café o de papaya y mango; reflexología y exfoliación; faciales, manicure y pedicure, entre otros.
Pero también en El Capricho –aunque de manera implícita-, el agua juega un papel preponderante. Es a través del Océano Pacífico que –ya desde la recepción- se muestra imponente. Aquel que se cuela por las ventanas de cada cabina golpeando furioso contra las rocas y nos estremece. Es su inmensidad y su fuerza la que nos llena de energía y complementa –desde los lejos-, cada uno de los exquisitos tratamientos. Y es que la originalidad, decía Gaudí, consiste en volver a los orígenes.
Consentimiento Sin Fin
Así entonces, con el ruido del mar de fondo y con el cuerpo relajado, termina el tratamiento. Pero la experiencia en El Capricho aún no acaba. Dos sillones, un jacuzzi y un exquisito té nos esperan en la sala de relajación y un ventanal nos muestra – una vez más- la infinidad del mar. Un miembro del personal nos proporcionará una almohadilla de lavanda
para relajar el cuerpo y el delicioso aroma a durazno del té nos invita a saborearlo.
Hay lugares a los cuales su ubicación privilegiada los convierte en únicos; hay otros cálidos, por su decoración con materiales nobles; los hay reconfortantes, por el trato amable de su gente. Pero también existen lugares en los que todo esto se conjuga bajo un halo de magia absoluta. El azul profundo del mar, el sonido al golpear contra las olas, la suavidad de un masaje sobre nuestro cuerpo, el aroma de las flores que invade el ambiente… El Capricho posee ese encanto particular que nos lleva a vivir experiencias únicas.
Y nuestros sentidos, tantas veces adormecidos por el ajetreo de la vida cotidiana, disfrutan de una fiesta interminable.
Más información:
Hotel Capella Ixtapa, Blvd. Paseo Playa Linda, Zona Hotelera II
Ixtapa, Zihuatanejo, Gro. C.P. 40880
Tel: 555 11 50 / 555 11 04
www.capellahotels.com/ixtapa
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